3.7.11

Primera escena


Marcello en la escena inicial de 'Otto e Mezzo' sueña que vuela sujetado por una cuerda. Cuerda que recuerda a la sujeción. Sujeción que conlleva el ánimo del amor. Amor que remite siempre al vinculo inicial, el motor de nuestra vida, que es la ligazón parental. Pero también es una sujeción a postulados ideológicos del tipo generalmente aceptados, que debemos de retener como parte de lo que somos con el fin de integrar nuestra existencia en un ámbito compartido de socialización intrinseca al ser humano.

La sujeción a lo humano, es lo que consta siempre a pesar de nuetras tentativas de negación. La relación con un lenguaje, lleno de dimensiones en las que o más bien por las que desarrollamos nuestra existencia en este hermenéutico mundo.

La relación con nuestros semejantes que nos pone siempre de frente a nuestra propia vulnerabilidad ante lo real. Pero que también nos encuentra con el otro en la dimensión de un equivalente en la tabla de conversiones de nuestra proporción con el entorno. Y la forma en como nos relacionamos con el otro que es siempre una forma de estructuración comunicativa entramada a través de un lenguaje que nos relaciona con el otro y con lo humano; y con la posibilidad de producir una conexión positiva.